"Estar a dieta"


en categoría Salud, Ciencia y Divulgacion


 

“Estar a dieta”. Seguro que has escuchado, o incluso hasta utilizado esta expresión en más de una ocasión. Pero, ¿en qué contexto lo has hecho? ¿Cómo has interpretado su significado? ¿Y tu entorno? ¿Sabemos realmente a lo que nos referimos cuando decimos que “estamos a dieta”? Y lo más importante…¿está bien “estar a dieta”?

 

 

Todos sabemos que la alimentación tiene un papel muy importante en nuestra salud, de igual forma que sabemos que el tabaco, o perpetuar el hábito sedentario son conductas que tienen repercusiones negativas sobre ella. Pese a ello, cada vez son más los problemas de salud ligados a una mayor incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles (sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, dislipemias…) cuya raíz se encuentra en la forma de alimentarse, con los que tiene que luchar la población mundial. Esto puede explicarse mediante dos razonamientos:

 

1- Conocemos los riesgos para la salud asociados a una mala alimentación y a unos hábitos de vida poco saludables, pero esto lo supeditamos al disfrute que nos pueden producir esos malos hábitos.

 

2- Sabemos que son factores importantes para la salud, pero realmente no le otorgamos la importancia que deberíamos porque no somos del todo conscientes de cuánto daño pueden hacernos esas conductas.

 

 

 

 

Imagen 1 (Alimentos de calidad = Salud)

 

 

Ahora bien, cuando nuestra concepción sobre los hábitos de vida cambia y decidimos emprender un cambio orientado a mejorar nuestra salud, automáticamente preconcebimos un “programa de mejora” con principio y fin, sobre todo en el ámbito deportivo y en el ámbito alimentario. Ponerse a dieta o “entrenar para” son dos conceptos que definimos erróneamente y que entendemos como algo que empieza y acaba, sin terminar de introducirlos en nuestros hábitos de vida. 

También hay que valorar el esfuerzo y la toma de decisión de cambio por parte de la persona que decide ponerse a dieta, es un síntoma de que quiere cambiar. Pero si que es verdad que es un concepto que, sobretodo los profesionales que nos dedicamos a esto y a la salud en general, debemos cambiar y divulgar.

 

 

La dieta es, por definición, todos aquellos alimentos que forman parte de la alimentación diaria. Es decir, teniendo eso en cuenta, la expresión “ponerse a dieta” ya está mal de base, puesto que todos comemos todos los días, en mayor o menor medida y mejor o peor. En todo caso, si es que se pretende cambiar los hábitos alimentarios, podríamos utilizar la expresión “mejorando la dieta”, por ejemplo. 

 

 

Pero lo realmente importante de este debate interno, no es el uso en sí de la expresión de “estar a dieta”, es lo que trasciende su significado para las personas. Debemos entender que cuando intentamos realizar un cambio en nuestra vida, ya sea de alimentación, de ejercicio físico, de comportamiento… es algo que es verdaderamente complicado de hacer. Piensa que estamos intentando cambiar algo con lo que llevamos años viviendo, y para nosotros es “lo normal”. Lleva tiempo, cuesta trabajo y muchas veces los resultados no nos satisfacen lo suficiente. Por eso, lo que se persigue cuando se pretende hacer un cambio es que ese cambio perdure en el tiempo, y acabe sustituyendo al de antes y pase a ser lo “normal”. Es lo que en ciencia y entre profesionales denominamos como “adherencia”, que al final va a ser la que va a repercutir en la salud.

 

 

Imagen 2 (toma de decisiones) 

 

 

 

Cuando trato con mis pacientes intento siempre dejar dos cosas claras: una es que el peso no es lo más importante, puesto que lo que nos interesa a nivel de salud es la composición corporal. La otra, que la dieta es un recurso práctico para guiar la educación alimentaria que pretendo seguir en consulta. Es decir, no es una plantilla para que la sigas “x” días y después te olvides de esa, y vayas a por otra. Es un material, que acompañado de un seguimiento profesional te hará aprender a comer bien, a discernir entre qué alimentos son saludables y cuáles no, y conocer y explorar cómo puedo cocinar y preparar esos alimentos para aprovechar al máximo sus propiedades y disfrutar de ellos, de sus sabores y texturas. Por ello, es algo que tiene principio, pero no fin, puesto que el objetivo es que aprendas a comer bien sin ayuda de nadie nada más que de tu criterio.

 

Esto es importante decirlo, porque aunque parece algo evidente, para muchas personas “estar a dieta” en su mal expresión, significa pasar hambre, cronificar un estrés por la comida, tener ansiedad, comer cosas insípidas y poco apetecibles, etc. Y lo cierto es que comer bien, está bien lejos de esa falsa realidad.

 

 

Imagen 3 (falsa concepción de “estar a dieta”) 

 

 

Cambiar hábitos es en general una tarea difícil, pero no imposible. Cuando no se conoce el procedimiento lo es más aún, por eso es importante trabajar con un profesional que nos asesore, nos explique y nos dé herramientas para poder comprender y trabajar sobre una mejora de salud que, a día de hoy, está bastante distorsionada.

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