Grasas trans, ¿mejoran o empeoran la fertilidad?


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La fertilidad, tanto masculina como femenina, está condicionada por los hábitos alimentarios y el estado nutricional. La ciencia nos muestra cada vez más evidencia sobre este aspecto y se han propuesto algunas recomendaciones generales para aumentar la fertilidad y prevenir determinadas patologías que pudieran afectarla. Una de ellas es la reducción de la ingesta de grasas trans. Pero, ¿qué son las “grasas trans”?

 

  

[The diet in improving fertility in women]

"The intake of trans fatty acids and carbohydrate products with a high glycaemic index should be reduced". La ingesta de ácidos grasos trans y carbohidratos con alto índice glucémico deben ser reducidos.

Trans fatty acid intake is inversely related to total sperm count in young healthy men.

"The intake of trans fatty acids is inversely related to total sperm count in healthy young men". La ingesta de ácidos grasos trans está inversamente relacionada con la cantidad total de esperma en hombres jóvenes.

[Nutrition and fertility].

"Adequate intake of monounsaturated fatty acids, derived mainly from vegetable fats, as well as avoidance of trans isomers of unsaturated fatty acids, may be effective in the prevention of infertility in females". El consumo adecuado de ácidos grasos monoinsaturados, principalmente derivados de grasas vegetales, así como la evitación de los isómeros trans de ácidos grasos pueden ser eficaces en la prevención de la infertilidad en las mujeres. 
 

 

Conocidas con este nombre, se designan a las grasas de origen vegetal que han sufrido procesos de hidrogenación industriales con el fin de conseguir un acabado distinto en un alimento concreto, proporcionándole unas características concretas de textura y maleabilidad con el fin de incrementar su palatabilidad (sensación de placer).
Las grasas trans son utilizadas por la industria alimentaria en gran diversidad de productos alimentarios, que generalmente suelen corresponderse con alimentos ultraprocesados (platos precocinados, galletas, todo tipo de bollería industrial, ultracongelados fritos, dulces, margarinas...). Estos alimentos tan procesados suelen contener además de estas grasas trans grandes cantidades de azúcar (en forma de azúcar simple o de harinas muy refinadas), grandes cantidades de sal, pocos nutrientes de interés... Resumiendo, materias primas de muy mala calidad y calorías vacías. Todo esto se traduce en que el efecto fisiológico, es decir, el efecto sobre nuestro organismo una vez que ingerimos este tipo de alimentos es muy desfavorable para nuestra salud (y también sobre la fertilidad, tanto masculina como femenina, aunque parece ser más evidente en mujeres por alteración del ciclo fértil) como pueden ser las repentinas subidas de glucemia (niveles de azúcar en sangre), consecuentes hiperinsulinemias (aumento brusco de
 los niveles de insulina en sangre, que es la hormona necesaria para metabolizar ese azúcar) e hipoglucemias reactivas (fuertes bajadas de los niveles de glucosa en sangre, que conducen a un aumento del apetito) .Esto puede derivar, a largo plazo en la aparición de la conocida "resistencia a la insulina" (que padecen la gran mayoría de personas con obesidad) y la seguida aparición de la diabetes tipo II (la cual también repercute en la predisposición de un peor estado de fertilidad, por lo que evitar su aparición es otro punto a favor). Pero, como objetivo principal vamos a tratar el efecto que tienen las anteriormente mencionadas "grasas trans", dejando un poco de lado el azúcar (posteada aqui y aqui).

Podemos pensar entonces que el dicho popular de “hay que evitar las grasas” cobra todo el sentido del mundo en este contexto, pero hay que puntualizar. Hay que evitar las grasas trans, hay que evitar el consumo de alimentos ultraprocesados, pero NO hay que eliminar las grasas de la dieta, en absoluto.
Eliminar este tipo de grasas mencionadas (trans) no implica eliminar el resto de “tipos de grasas”, siendo totalmente necesaria la ingesta de las grasas mono (presentes en el aceite de oliva, en los frutos secos...) y poliinsaturadas (contenidas en alimentos como las nueces, el pescado azul, huevos, aguacates...) tanto para la fertilidad como para preservar la salud de nuestras células y su buen funcionamiento. Tampoco hay que demonizar el otro tipo de grasas, las grasas saturadas (en su conjunto), pues se sabe que ciertos tipos (como el aceite de coco o incluso algunos ácidos grasos de cadena corta contenidos en los lácteos) no tienen un papel trascendente en este aspecto, o incluso están asociados a  algún beneficio para nuestra salud. La importancia de reducir o evitar el consumo de alimentos cuyo contenido en grasas trans industriales sea importante (generalmente productos ultraprocesados) radica en el efecto que estas tienen sobre nuestra salud (empeoramiento de los niveles de colesterol y de la resistencia a la insulina, aumento de la inflamación sistémica, aumento de la grasa abdominal, aumento de la disfunción endotelial... y, por supuesto, aumento del riesgo cardiovascular), además de los efectos que pueden tener sobre la fertilidad.

No obstante, redundando en el tema de las grasas, os invito a leer este post, publicado por Aitor Sánchez en Eroski Consumer, del cual cito el siguiente fragmento: 

 

"cuando restringimos más grasas que azúcares, tomamos unas pocas calorías menos, pero, al cabo de unas horas, tenemos más hambre y acabamos comiendo más. Es una mala decisión.

Además, centrarse en el número de calorías para adelgazar implica un ejercicio muy complejo en el que la gente tiene que "traducir" calorías a nutrientes y nutrientes a alimentos. Esto no es necesario si se hace una divulgación mucho más sencilla: la de promocionar una dieta abundante en alimentos saludables. Si los esfuerzos de salud pública se encaminaran en dar a las personas recursos de cómo seguir y adherirse a un patrón saludable, habría muchos menos problemas y se entendería mejor el mensaje que hablando solo de calorías".

 

El hecho de evitar las grasas trans está relacionado con la prevención de la infertilidad especialmente en la mujer, aunque hay que dejar claro que su “no consumo” repercute de forma positiva en nuestra salud (tanto en hombres como en mujeres), pues reduce la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares y anomalías en el funcionamiento celular.
Por lo que, lo correcto sería decir que “hay que evitar el consumo de alimentos ultraprocesados”, que son los que van a repercutir de forma negativa en la fertilidad, pero sobre todo en nuestra salud, y en su lugar incorporar alimentos que nos aporten nutrientes, nutrientes necesarios para asegurar un buen estado nutricional, (frutas, verduras, hortalizas, legumbres, frutos secos, huevos, pescados, cereales integrales...) y no meras calorías vacías cargadas de poca salud.

 

2 Comentarios

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Comentario por Manuel

Muy clarificador el post, fácil comprensión y bien explicado.

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Comentario por Shayna

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