Comprar saludable. ¿Cómo se hace?


en categoría Salud, Ciencia y Divulgacion


Hace algunos días tuve la idea de proponer un reto en redes sociales, que consistía en fotografiar la cesta de la compra para después poder debatir aquí los "pros" y los "contras" de cada compra en base a los alimentos que la componían y poder establecer un criterio objetivo para poder hacer una compra saludable. 

La premisa de la que hay que partir es la de "más mercado y menos supermecado", que es uno de los lemas que solemos promover el colectivo de Dietistas-Nutricionistas, y más especialmente mi compañero Carlos Ríos (@nutri_rivers). ¿Y por qué? El mercado tiene una oferta alimentaria más local, más de temporada y menos ultraprocesada, y ese es el modelo de consumo que hay que potenciar. Cuando vamos a hacer la compra, no podemos olvidar que lo que nosotros decidamos comprar es un voto, un voto que  puede abogar por que se siga perpetuando el modelo de consumo actual (ultraprocesado, no fresco, no local, no de temporada...) o por uno que se incline más hacia lo que serían unos hábitos alimentarios saludables.

Otra de las cosas que hay que hacer para poder elegir con criterio de causa, es leer el etiquetado de los alimentos. Es la única forma en la que nosotros, como consumidores, tenemos la oportunidad de conocer de qué está hecho lo que estamos comprando, y lo que nos vamos a comer. Mirar la lista de ingredientes puede ser una herramienta super útil para familiarizarnos con los ingredientes que no nos interesan para nada (como son el azúcar y las grasas vegetales de mala calidad, como la de palma). Un consejo útil es comprar aquellos alimentos que tengan una lista de ingredientes cuanto más pequeña, mejor, pues eso significa que han sido menos procesados. Una pera, o una berenjena no llevan etiqueta, ¿por qué? Pues porque no la necesitan... Aquí tenemos una etiqueta que una persona compartió en redes, de unos bollitos dulces de canela que se venden como churros:

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Entrando a ver las cestas de la compra de las personas que se han animado a participar en el reto creo que vamos a poder orientarnos un poco sobre lo que si y lo que no merece la pena tener en la despensa de casa. 

La imagen puede contener: comida e interior                           La imagen puede contener: comida

 

Compra 1

 

 

La imagen puede contener: fruta y comida

 

Compra 2

 

 

La imagen puede contener: interior y comida

 

Compra 3

 

 

La imagen puede contener: interior

 

Frigorífico

 

Lo que está claro es que en cada casa hay unos gustos, unas preferencias, unas costumbres determinadas... y por ende, unos hábitos alimentarios. En gran parte, todo ello condicionado por la educación alimentaria que hayamos podido ir recibiendo. Siendo honestos, ojalá todas las cestas de  la compra se parecieran a las de estas personas. La gente, en general, comemos mucho peor. 

La foto de la compra 3, es la menos saludable y la que quizás más se corresponde con la que hace la mayoría de las personas: pocos alimentos de origen vegetal, harinas refinadas, postres y bebidas azucaradas y bollería industrial. Difiere mucho de lo que sería una compra saludable, como pueden ser la compra  1 y 2, en la que el grupo alimentario de base son los alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas, legumbres...) y las fuentes proteicas y grasas, son de calidad (carne, huevos, frutos secos...). En realidad es de lo que tiene que estar compuesta una dieta para que realmente seasaludable. También vemos que hay versiones de cereales integrales, como el arroz, la avena, el mijo... Así es como habría que realizar la compra.

Aunque aquí creo que es necesario hacer un apunte. Partimos de la premisa de que hay que priorizar el consumo en el mercado local, antes que en el supermercado, y es así. Las grandes superficies comerciales y los supermercados tienen sectores y estantes muy amplios dedicados a productos poco interesantes, muy superfluos y poco saludables. Esto tampoco debe hacernos volcarnos hacia el otro extremo, y comprarlo todo en su versión "eco" o "bio". Generalmente los productos con este tipo de sellos son mucho más caros que las versiones normales, y a nivel nutricional no presentan diferencias significativas. Y no, tampoco son más sanas por llevar "menos químicos", aunque esto es otro tema que daría mucho para hablar (post). 

 

Si observamos el frigorífico que han compartido, podemos ver que no es precisamente el mejor modelo que podemos elegir. Hay pocas verduras y hortalizas, abundan los refrescos azucarados y las bebidas alcoholicas, hay gran cantidad de embutidos y la mayoría de productos son ultraprocesados. Lo que tiene que haber en un frigorífico tiene que seguir lo que hemos intentado asegurar en la compra general: cuantos más vegetales, mejor, carnes y pescados frescos, huevos frescos y de calidad, queso (de verdad), yogures naturales (sin azúcar añadido), nada de refrescos, nada de embutidos, nada de alcohol... Y si hay una olla con lentejas del día anterior, eso que te llevas que tienes el almuerzo de nuevo ;)

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