La Pirámide Alimentaria, un desbarajuste de información
en categoría Salud, Ciencia y Divulgacion
Apuesto que la gran mayoría de vosotros sabéis de la existencia de la tan famosa pirámide alimentaria. Esa "gran" herramienta dietética, que a lo largo de tantos años lleva ayudando a miles de profesionales sanitarios a dar unas directrices dietéticas y nutricionales basadas en unos principios respaldados por una larga tira de intereses comerciales. Antes de entrar a valorar esta herramienta visual quisiera que buscáseis el tiempo necesario para ver este hangout. Es el primero de los tantos que desde Dietética Sin Patrocinadores se ha organizado. En él intervienen muchos compañeros de profesión, Dietistas-Nutricionistas con espíritu divulgador que ofrecen muchísimos puntos de vista con respecto a la pirámide alimentaria y que hacen que se cuestionen todo tipo de argumentos.
La verdad es que personalmente, soy partidario de no menospreciar el trabajo de cualquier persona, pese a que realmente me parezca algo incoherente, flojo, algo que cojee (soy más de dar críticas constructivas en relación a mi opinión sobre el tema en concreto). Pienso que tenemos que trabajar y ayudarnos entre nosotros, para mejorar y hacer que nuestro trabajo sea tan bueno que no cause ningún tipo de incredulidad y/o confusión entre las personas que nos escuchan/leen. En todos los ámbitos es importante, pero lo considero de especial importancia nuestro sector, pues estamos tratando temas que giran en torno a algo imprescindible en nuestras vidas, la salud.
Así es que, de entrada, podemos pensar que la pirámide alimentaria se hizo en un principio con ánimo de incluir una herramienta dietético-nutricional que supusiera una ayuda al colectivo profesional sanitario a la hora de hacer recomendaciones y, a la misma vez, hacer de alguna manera dichas recomendaciones algo más comprensibles al público de a pie que las solicitaba. Pero también es importante conocer de mano de quién surgió esta idea para poder entrar a valorar su creación con algo de criterio. La aparición de la pirámide alimentaria surgió en el año 1992 por parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, con la denominación de "food guide pyramid" y suponía una representación triangular y piramidal de la cantidad y el tipo de alimentos que se "debían" de consumir para mantener un buen estado de salud. Un apunte curioso es que fuera este organismo (que defiende los intereses de los agricultores americanos) el que liderase su creación, y no el departamento de salud. El proceso mediante el que se creó este modelo no fue transparente y, sin duda numerosos grupos de presión influyeron de manera notoria en su diseño. Esta es, la respuesta que yo le encuentro a la planificación y estructura que en sus inicios (que tampoco es que sea demasiado diferente a la de la nueva pirámide propuesta por la SENC...) presentaba: recomendaban en la base alimentos como el pan, cereales, arroz, pasta... (todos ellos refinados), no se les daba tanta relevancia a los productos de origen vegetal, las grasas coronaban la pirámide junto a los dulces... Actualmente, la pirámide ofrece una visión en la que siguen sin verse reflejados los productos de origen vegetal en su base, se introducen tímidamente los cereales integrales junto a los refinados, se ofrece una visión equívoca del alcohol al incluir su consumo moderado (induciendo a la concepción de que el alcohol es saludable, cuando no es así), incluye productos procesados como derivados cárnicos, dulces... Y lo peor de todo, es que ofrece su modelo representativo de la pirámide como algo que hay que acatar para mantener un buen estado de salud. Es decir, si yo no incluyo el alchol de forma reducida o moderada, o no como carne, o no como dulces... ¿estoy faltando a los principios de la pirámide alimentaria? ¿ya no puedo seguir un estilo de vida saludable con otro patrón dietético? Es algo que merece ser valorado.
Tengo que decir que no me parece demasiado ético seguir utilizando este modelo para realizar recomendaciones, y menos aún para establecer patrones de vida "saludables", cuando es algo que ofrece una serie de limitaciones que no puede resolver:
- Promueve la idea del balance energético en su base, algo que es realmente simplista a la hora de entender el funcionamiento de nuestro organismo.
- No incentiva el consumo de frutas y verduras como la base de nuestra alimentación, y en su lugar establece como necesaria la ingesta de cereales refinados junto con cereales integrales (cuando el consumo de estos últimos, debería ser el único).
- Incluye el consumo moderado de alcohol, señalizando vino o cerveza y provocando en la sociedad una confusión tremenda que relaciona el alcohol con la salud.
- Incluye azúcares simples, en forma de dulces, caramelos y demás productos ultraprocesados. Pese a que están en lo más alto de la pirámide, y eso limita de forma importante su consumo, está dando a entender que HAY que incluir esos alimentos con esa frecuencia limitada en nuestra dieta para estar sanos, y eso no es así.
- Incluye carnes y derivados cárnicos en la parte cercana a la cúspide, sin atender a las necesidades morales de las personas que puedan tener otros gustos, preferencias o éticas que excluyan su consumo.
- Es poco versátil, se ciñe a unos patrones estandarizados y arraigados en unos principios que, bajo mi punto de vista están fuertemente condicionados por los intereses que giran en torno a la industria alimentaria.
- Existe una jerarquización excesiva de los alimentos. Se ofrece una visión/clasificación en la que todo parece estar relacionado con el número de calorías, cuando quizás en lo que debiéramos fijarnos es en la repercusión fisiológica de las mismas sobre nuestro organismo.
- Veo necesario desarraigar varios principios dogmáticos a los que está sujeta, para integrar en su estructura las nuevas conclusiones que la ciencia nos va proporcionando.
Así, pese que al principio comenté que no me gusta tirar por tierra el trabajo de nadie, estas son las consideraciones que por mi parte tiene la pirámide alimentaria. No me parece un ejemplo a seguir en absoluto para promover hábitos alimentario saludables, puesto que no concuerda con las últimas conclusiones científicas que hemos obtenido. Es decir, este gráfico se ciñe a un patrón en el que se recomienda el consumo diario, moderado o reducido de una serie de alimentos que pueden no ser aceptados por muchas personas, por las razones que sea (éticas, morales, religiosas, preferencias, cultura...), y nos da a entender que si nos salimos de esa pirámide, no podremos llevar un estilo de vida saludable porque nuestro patrón dietético no sigue sus recomendaciones.
Alimentarse de forma saludable es más sencillo que todo esto. Como siempre decimos los nutris (aunque sonemos pesados) hay que intentar incluir cuantos más productos de origen vegetal mejor, grasas y proteínas procedentes de fuentes de calidad, y evitar el contacto continuado con productos altamente procesados. El orden, la frecuencia y la forma en la que consumir los alimentos es algo que cada uno tiene que elegir en relación a sus gustos/preferencias, teniendo en cuenta las recomendaciones generales que desde el sector sanitario (imaginario, porque todavía los D-N no estamos en el Sistema Sanitario Público) hacemos en base a la calidad nutricional de los alimentos.
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